A la hora de colocarnos protector solar hay zonas que no se nos pasan por alto (¡y eso está muy bien!). Sin embargo, hay otras zonas como el cuello y el escote de las cuales solemos olvidarnos y con las que hay que tener cuidado, ya que la piel de ambos sectores es muy delgada y sensible (incluso, en algunos casos, más que la piel del rostro).
La razón por la que esta piel es más vulnerable es que no tiene un buen sostén muscular y carece de una cantidad suficiente de glándulas sebáceas, haciendo que se seque, se debilite y se arrugue. Además, la piel del cuello y escote es propensa a la aparición de manchas. En definitiva, es allí donde primero se nota el paso del tiempo.
Un consejo útil es colocar el protector solar en el cuello y escote justo después de colocarlo en la piel del rostro. De esta forma evitás olvidarte y te librás de las diferencias en la coloración de tu piel entre la distintas parte del cuerpo. Tené en cuenta, además, que con la llegada de la primavera son zonas que se encuentran más expuestas al sol y es por eso muy importante que las protejas.
Los especialistas describen distintos tipos de arrugas, las que aparecen por un factor genético u hormonal, y las que son causadas por un exceso de exposición al sol. De ahí la importancia de protegerse del sol, ¡siempre!